En 2019 murieron 1.27 millones de personas por infecciones de bacterias resistentes a los antibióticos, por lo cual científicos del Instituto de Química, en colaboración con Fundación UNAM, llevan a cabo una investigación para determinar cuáles son las que afectan más a los mexicanos, a fin de diseñar fármacos para combatirlas.
Lo anterior, de acuerdo con José Alberto Rivera Chávez, investigador del Instituto de Química (IQ), quien encabeza el proyecto “Aislamiento y elucidación estructural de productos naturales de origen fúngico con actividad para el tratamiento de la DMTII y/o infecciones bacterianas producidas por microorganismos resistentes a fármacos convencionales”, en el Laboratorio de Microbiología donde se investiga secuenciar los microorganismos con el objetivo de conocer sus puntos débiles.
Si tratamos de eliminarlos el tiempo de hospitalización de un paciente puede disminuir, con lo cual se brindaría mejor atención de salud. Hay un gran componente cultural que nos impulsa al uso irracional de antibióticos, no solo en la población en general. Será difícil, “pero si no damos el primer paso nunca vamos a llegar”, enfatizó el investigador.
Para alcanzar sus objetivos, el Instituto lleva a cabo una campaña para adquirir la máquina de secuenciación que les permita realizar la investigación enfocada en el desarrollo de nuevos antibióticos para el tratamiento de infecciones bacterianas provocados por cepas resistentes.
De no conocerse la secuencia genética de las bacterias, sería complicado para los investigadores enfocarse en las que provocan la mayor cantidad de enfermedades, pues cada región del mundo o cada país tiene focos infecciosos particulares, por lo que a los científicos universitarios les interesa detectar las más importantes para nuestro país, precisó Rivera Chávez.
El investigador explicó que mediante el Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA) de la UNAM se ha realizado un importante esfuerzo por caracterizar los microorganismos resistentes en diferentes estados de la República, a través del monitoreo en diversos hospitales; sin embargo, la cobertura es menor del tres por ciento del país por lo que los datos no permiten tener un panorama amplio de cuál es su comportamiento en México.
De ahí que la campaña de donación impulsada por el IQ tiene el objetivo de conseguir recursos y adquirir la infraestructura para contar con un equipo de secuenciación, con el cual se ampliará el conocimiento en la materia y se complementará el trabajo realizado por el PUCRA, detalló.
Con el proyecto de Rivera Chávez se monitorearán hospitales y cultivos agrícolas; se pondrá especial atención en la ganadería y los alimentos que se producen a partir de esta industria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que hay al menos seis microorganismos de gran preocupación, porque son los que provocan que las estancias hospitalarias se prolonguen y, en numerosas ocasiones, llevan a la muerte de los pacientes. En México se sabe que afectan especialmente Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii, y Escherichia coli.
¿Qué enfermedades provocan?, depende del organismo, por ejemplo en el caso de Klebsiella y Pseudomonas lasinfecciones son de las vías respiratorias y renales. El Acinetobacter baumannii se puede alojar prácticamente en cualquier parte del organismo humano y provocar toda clase de infecciones serias que generalmente conducen a la muerte, todas son superbacterias, pero esta última es prácticamente resistente a la mayoría de los medicamentos con los que contamos actualmente, comentó Rivera Chávez.
De acuerdo con la OMS, se estima que cada año mueren un millón 300 mil personas por enfermedades causadas por microorganismos resistentes a los antibióticos. Se prevé que para 2050 el número podría llegar a 10 millones anuales. Si se compara con la proyección para cáncer o diabetes superaría el número de defunciones asociadas a estos padecimientos.
“Creemos que en cinco o seis años vamos a ver el impacto de la medicación con antibióticos para tratar la infección viral. De hecho, el estimado del 2050 podría apresurarse y llegar 10 o 15 años más temprano, por el uso indiscriminado de antibióticos para tratar COVID; el impacto será brutal para esto. Desafortunadamente la presión social hacia los médicos los impulsa a seguir medicando este tipo de fármacos que no se deberían usar para infecciones virales. El uso de fármacos que no están diseñados para eso, evidentemente no controla la enfermedad, pero sí contribuye de forma significativa al desarrollo de resistencia por parte de bacterias”, enfatizó.
Con el apoyo de Fundación UNAM, el IQ colabora con expertos de la Facultad de Medicina y otras entidades de la Universidad Nacional para determinar el genoma de las bacterias; adicionalmente se realizará el monitoreo de antibióticos en el territorio nacional para revisar cuál es el impacto que tienen en muestras ambientales.
Lo más importante, destacó Rivera Chávez, será correlacionar entre ambos parámetros para emitir recomendaciones a las agencias regulatorias como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios o el sector salud, con el objetivo de que emitan alertas sobre restricciones en el uso de cierto tipo de antibióticos en algunos lugares.
Adicionalmente se tratará de implementar nuevos sistemas de diagnóstico y tratamientos personalizados para los pacientes, pues cada microorganismo reacciona diferente; asimismo, antibióticos a partir de otras fuentes, ya sea recursos naturales para obtener nuevas moléculas y utilizando métodos químicos como la síntesis orgánica, precisó.
A esto se sumará un trabajo para detectar los mecanismos utilizados por las superbacterias, a fin de eludir a los antibióticos; además de divulgar la información en la comunidad médica y en la sociedad en general, subrayó.