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Gran hallazgo en el Templo Mayor; encuentran el más grande depósito de estrellas de mar

Gran hallazgo en el Templo Mayor; encuentran el más grande depósito de estrellas de mar

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó este lunes que se han encontrado 164 estrellas de mar durante una excavación en el Templo Mayor, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y que se apunta como el mayor depósito de estrellas descubierto hasta ahora en las ruinas.

En un comunicado el INAH indicó que la abundancia de esta ofrenda la coloca como la de la mayor cantidad de estrellas de mar de todas las descubiertas en el antiguo Recinto Sagrado de Tenochtitlán.

“También representa un caso único de conservación de uno de estos equinodermos que, de manera similar a un fósil, preserva su forma casi intacta pese el paso del tiempo”, apuntó el instituto.

El INAH explicó que entre los vestigios arqueológicos investigados desde 2019 a través del Proyecto Templo Mayor (PTM), están elaboradas ofrendas en las que los mexicas combinaron elementos terrestres como una figurilla de copal y el cuerpo de un jaguar armado con un atlatl (propulsor de dardos) junto a organismos marinos: corales, peces globo, caracoles y estrellas de mar.

“Nos dimos cuenta de que aparecían unas piedritas de color blanco. Eran muy pequeñitas. Con la ayuda de investigadores del Instituto de las Ciencias del Mar de la UNAM nos dimos cuenta de que eran parte de la estructura ósea de estrellas de mar. La sorpresa fue mayor cuando encontramos que el 80 por ciento del depósito se encontraba cubierto por estrellas. El peso y los materiales que se dejaron arriba de la ofrenda produjo que una de ellas se hundiera un poco más en la tierra y conservara su estructura y su forma general. Esto no es normal. Hemos encontrado más de 160. Es único. Tenemos que imaginarnos miles de cosas: cómo las traes, cómo las recoges, cómo las cuidas para que lleguen hasta el centro de Ciudad de México. Hace 500 años no había mensajería. Tenían que llegar rápido o se descompondrían en el camino”, explica el arqueólogo Miguel Báez en entrevista con EL PAÍS.

“Esta ofrenda es una de las más grandes que hemos encontrado en el Templo Mayor, por lo que hasta no explorar los 30 o 40 centímetros de profundidad que creemos nos faltan, es difícil saber su significado”, explicó Báez Pérez.

Los expertos creen que fue quizá una de las primeras estrellas que los sacerdotes mexicas colocaron en la ofrenda, por lo que al recibir el peso del jaguar y de todos los elementos se hundió en lo que se cree es una capa de fibra debajo de ella, preservando la marca de su estructura interna y sus 22 centímetros de largo entre sus puntas.

Esta situación es inusual dado que los restos de las otras 163 estrellas están dispersos debido a la pérdida natural de su materia orgánica.

No obstante, la propia ubicación de la ofrenda en la sexta etapa constructiva del Templo Mayor, la sitúa en una fecha cercana al año 1500, momento de transición entre los reinados de Ahuízotl y Moctezuma Xocoyotzin.

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