Un grupo de 250 soldados que pertenecen a las Fuerzas Especiales del Ejército mexicano arribaron este viernes a la ciudad de Nuevo Laredo, en Tamaulipas, para reforzar las seguridad local, al cierre de una semana marcada por la violencia y que —incluso— derivó en la suspensión de trámites rutinarios por tiempo indefinido en el Consulado de Estados Unidos en esa ciudad fronteriza y el retiro de parte del personal de la sede diplomática.
Mediante un comunicado, la Secretaría de la Defensa Nacional de México informó que los soldados llegaron “para inhibir las actividades de la delincuencia organizada en ese municipio”.
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